Esta imagen la tomé desde un pequeño islote situado a 150m de la orilla. Para ello tuve que andar sobre un campo de algas resbaladizas tratando de no caer al agua. Cuando volvía, la marea había subido demasiado. Me costó 10 días secar las botas.
En verano las costas islandesas son invadidas por millones de aves. Estas fotos han sido tomadas en la península de Vatnsnes, al norte de la isla. Los charranes árticos se lanzan en picado sobre los intrusos para defender sus nidos.
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