sábado, 19 de diciembre de 2009

LOS PAISAJES BLANCOS . EL BOSQUE BOREAL

Dicen que los Inuits pueden distinguir hasta 16 tonos distintos de blanco, mientras que nosotros solamente podemos diferenciar 8.
En cuanto al paisaje, hasta ahora he podido apreciar los estados de la nieve que trataré de describir.

PAISAJES BLANCOS

- El bosque boreal con la nieve recién caída. Una nieve que parece espuma y que sólo se limita a ocupar la superficie del suelo. Caminar sobre ella hace que te hundas mucho en el manto blanco que lo cubre.

- La nieve semihelada es un poco peor que la anterior, con un aspecto más duro y más frío, te hundes igualmente en ella, tras pisar un falso apoyo.

- El bosque boreal helado, el vapor de agua en suspensión forma una película de cristales de hielo que lo cubre todo. Se produce en los momentos de frío máximo, con el cielo despejado. En poco tiempo, esa capa de hielo también cubre tu ropa o tu cara, aunque estés en movimiento. Este es el estado más hermoso del hielo de los que he visto hasta ahora, si bien es cierto que es peligroso.

COMPLEMENTOS AL PAISAJE

- Dependiendo de la franja de invierno en la que te encuentres y de la intensidad de las nevadas, los árboles de hoja perenne pueden aparecer sin ninguna nieve, parcialmente nevados o totalmente cubiertos.

- Los lagos pueden aparecer totalmente helados o sólo parcialmente. El color de la nieve cuando se hace hielo suele adquirir tonos amarillentos apagados. El hielo de estos lagos es muy engañoso, al cubrirse de nieve nueva, esta se hace agua cuando la pisas, te hundes en ella y la sensación de inestabilidad sobre la delgada capa de hielo es muy grande. Si se hiela toda la superficie adquiere un color casi negro desde lejos, al acercate puedes ver el agua bajo ella y el hielo nuevo que se está formando. Además, debido a las dilataciones y movimientos de unas capas de hielo respecto a otras, puede quebrarse y producir salientes altos y afilados. [Los exploradores polares de finales de siglo XIX, como Nansen, pusieron nombres a cada tipo de formación de hielo que encontraron]. Una delgada capa de hielo de 20 cm puede soportar perfectamente el peso de un trineo cargado. De hecho, los rompehielos más grandes no pueden atravesar capas de hielo superiores a los 2 m de espesor.

- El hielo gastado por las pisadas en las ciudades y lugares de mayor tránsito, es muy molesto para andar. Resbalar es realmentes sencillo. En Rusia, una pala transporta escorias de carbón, que entre 2 hombres distribuyen sobre la superficie del hielo. En las aceras de abren caminos para que 1 o 2 personas, en posición paralela, puedan transitar. En Finlandia se distribuye arena.
Las carreteras rusas son pistas blancas muy poco uniformes, en las que máquinas especiales retiran sólo la capa de nieve recién caída. Los coches no usan cadenas. Se conduce a alta velocidad por estas pistas plagadas de baches. En Finlandia, las ruedas de los coches llevan incorporados pequeños crampones de acero.

- Algunos ríos cuyo curso de agua es muy rápido no se hielan, o no lo hacen totalmente. Si la temperatura baja mucho, pueden helarse los saltos de agua, esto es muy espectacular.

Esto sólo se refiere a los distintos paisajes boreales que he podido contemplar en un momento concreto, a primeros de un diciembre relativamente caluroso en la península de Kola. Aquí no hablo de paisajes árticos o de los paisajes boreales de Siberia, donde la intensidad del frío llega a un extremo que incluso podría considerarse absurdo. Sin embargo, esta vez, estoy en un lugar templado por la corriente de agua caliente del Atlántico Norte, donde la banquisa ártica tiene prohibido el acceso, que sin embargo, en otras longitudes llega a latitudes mucho más meridionales durante 10 meses al año. Este es un viaje a la Taiga Boreal, con algunos episodios de Tundra Subalpina y de Tundra Ártica, como las de las colinas que rodean la desembocadura del río Kola en Murmansk o los distintos macizos, como las Khibiny ubicados en la región central de la península.

Todos estos paisajes se transforman radicalmente con la luz, con tonos que van desde el blanco seco y aséptico de la noche, al gris acero de los días nublados, al violeta, rojo, naranja y amarillo reflejado por la luz boreal al alba o en el ocaso. Asimismo ocurre por la noche. La luna colorea de platino el hielo, mientras que la aurora la vuelve azul, verde, naranja o roja, dependiendo de las moléculas de hidrógeno o nitrógeno de las capas altas de la atmósfera. El blanco de la nieve sin sombras, se vuelve apagado, uniforme y muy frío.

Las condiciones climáticas también alteran mucho el paisaje. Pero todo sigue siendo blanco. Esto me sirve para descansar y limpiar mi retina y mi mente. Estoy enamorado de este color.

Por todas estas cuestiones y aunque el paisaje apenas varíe, las combinaciones son casi infinitas, más cuando la posición del sol con respecto a la linea de horizonte es opuesta en iniverno, en que durante dos meses no sale el sol, o en verano, cuando es posible contemplar el sol de medianoche, pero esto ya os lo contaré en mi próximo viaje a las islas Svalbard el año que viene, donde tendré la posibilidad de hablar del Ártico absoluto.

1 comentario:

  1. GRACIAS POR MOSTRARNOS LA EXISTENCIA DE ESTA PARTE DEL MUNDO TAN DESCONOCIDA PARA LAS PERSONAS QUE NO ABANDONAMOS LOS TOPICOS A LA HORA DE VIAJAR.

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